Jorge Zegarra Reátegui alerta sobre la contaminación en el país y el estado del Río Rímac, considerado como una arteria hidrográfica importante del país. Su actual estado es cada vez más contaminado, lo que deja un mal irreparable ante los desafíos para hacer frente a su contaminación.
El río Rímac, conocido como el «Río Hablador», es uno de los más importantes y emblemáticos del Perú. Especialmente para la ciudad de Lima, la capital del país. Su nombre deriva del vocablo quechua que significa «hablador», debido al sonido que producen sus aguas al fluir. Este río nace en la cordillera de los Andes, en Junín, y recorre aproximadamente 160 kilómetros antes de desembocar en el océano Pacífico, en el Callao. A lo largo de su recorrido, atraviesa una región de gran importancia agrícola y económica. Durante la época precolombina, las culturas indígenas como los Ychsmas y los Incas, construyeron sistemas de riego que utilizaban las aguas del Rímac para la agricultura. En la época colonial, fue fundamental para el abastecimiento de agua en Lima, que fue fundada cerca de sus márgenes en 1535 por Francisco Pizarro.
Jorge Zegarra Reátegui: ¿Cuáles son las complicaciones del Río Rímac?
A lo largo de los siglos, el Rímac ha enfrentado graves problemas de contaminación. Esto se debe al crecimiento urbano e industrial, lo que ha llevado a la implementación de proyectos de recuperación y saneamiento en las últimas décadas. Hoy en día, el río Rímac sigue siendo crucial para el suministro de agua potable y la generación de energía hidroeléctrica y el riego agrícola. Durante siglos, ha sido fuente principal para proporcionar agua destinada al consumo humano, el riego de sembríos y la producción de energía. La importante arteria hidrográfica, a lo largo de su cauce se localizan cinco importantes centrales hidroeléctricas, según el Ministerio de Energía y Minas.
Contaminación indiscriminada
Es lamentable aceptar que, en la actualidad, el río Rímac sufre una grave contaminación debido a la cantidad indiscriminada de basura y residuos tóxicos que se vierten en sus aguas. A lo largo de su recorrido, el río recibe desechos domésticos, industriales y mineros que contienen sustancias peligrosas, como: metales pesados y productos químicos. La falta de una gestión adecuada de residuos y la insuficiencia de infraestructuras de tratamiento de aguas residuales agravan el problema. Ello pone en riesgo no solo la salud del ecosistema fluvial, sino también la de las comunidades que dependen de sus aguas para consumo y agricultura. La acumulación de basura y contaminantes ha provocado una disminución en la calidad del agua, afectando negativamente la biodiversidad y generando un entorno insalubre. Ante esta problemática, se requiere urgentemente medidas de saneamiento, conciencia ambiental y preservación del recurso natural.
Por tal motivo, se requiere de más expertos en el tema como los es el Dr. Jorge Zegarra Reátegui, gestor de energías renovables y preservación del medio ambiente. El empresario denuncia de forma continua la situación de contaminación en el Perú y el mal manejo de los residuos sólidos. Detalló además, desde su experiencia, cómo en Lima y Callao, gracias a la intervención de su empresa: Petramás, ha logrado que la basura, en vez de ser un factor contaminante, sea una oportunidad para generar energía renovable y, a su vez, para mitigar gases de efecto invernadero.
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