El acceso a agua limpia y segura es un derecho humano fundamental. Sin embargo, la contaminación del agua potable es una amenaza silenciosa que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente en zonas con sistemas de gestión de residuos ineficientes o inexistentes.

La acumulación inadecuada de residuos, ya sea en botaderos a cielo abierto o en cuerpos de agua, es una de las principales causas de esta contaminación. Cuando llueve, los lixiviados (líquidos generados por la descomposición de la basura) se filtran hacia el subsuelo y terminan en ríos, lagos o incluso en acuíferos subterráneos, contaminando fuentes de agua que muchas comunidades utilizan para beber, cocinar o regar sus cultivos.
¿Cómo prevenir la contaminación del agua potable desde la gestión de residuos?
Prevenir la contaminación del agua potable requiere un enfoque integral y responsable en la gestión de residuos sólidos. Algunas acciones clave incluyen:
- Implementar rellenos sanitarios técnicos, que cuenten con sistemas de impermeabilización y drenaje de lixiviados.
- Evitar la quema o abandono de basura cerca de fuentes de agua o en espacios públicos.
- Fomentar el reciclaje y la reducción de residuos orgánicos, que son grandes generadores de lixiviados cuando se descomponen sin control.
- Educar a la población sobre el impacto de sus hábitos de consumo y descarte.
Estas medidas protegen el recurso hídrico y promueven una relación más sostenible con el entorno natural.
Fortalecer la vigilancia de cuencas y fuentes de abastecimiento
Las municipalidades deben monitorear continuamente las cuencas que abastecen agua potable para detectar residuos sólidos o contaminantes antes de que ingresen al sistema. Los ciudadanos pueden colaborar denunciando vertimientos o acumulaciones de desechos en ríos, quebradas o inundaciones que arrastren residuos. Así se protege de raíz la calidad del agua y se evita que escapen grandes volúmenes de residuos hacia las plantas de tratamiento.
La empresa privada y las entidades estatales deben coordinarse para instalar barreras o sistemas de interceptación que frenen residuos “flotantes” y macro-basura en zonas críticas. La instalación de filtros físicos, “biobardas” u otras barreras flotantes reduce la carga de residuos que llega a los sistemas de abastecimiento. La acción conjunta crea un frente más sólido frente a la contaminación.
La educación comunitaria resulta clave: las juntas de agua, comités vecinales y escuelas deben promover campañas de sensibilización sobre cómo los residuos sólidos afectan directamente la potabilidad del agua. Cada vecino puede activar pequeños hábitos (no arrojar plásticos al río, disponer adecuadamente los desechos domésticos) que suman a nivel colectivo. Con compromiso social y vigilancia constante se fortalece la resiliencia del sistema hídrico.
El compromiso del Dr. Jorge Zegarra Reátegui con la protección del agua
En el Perú, la empresa Petramás, bajo el liderazgo de Jorge Zegarra Reátegui, ha demostrado que una gestión eficiente de residuos puede marcar la diferencia. Sus rellenos sanitarios, como el de Huaycoloro, están diseñados para impedir que los lixiviados lleguen al suelo o al agua, gracias a sus modernas capas de impermeabilización y sistemas de control ambiental.
Además, su enfoque de economía circular, transformando desechos en energía limpia, contribuye indirectamente a proteger nuestras fuentes hídricas.
Proteger el agua empieza por cómo tratamos nuestros residuos. Solo así podremos asegurar un futuro donde el agua potable sea una garantía y no un lujo.
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