El río Amazonas, que recorre seis países y es la cuenca fluvial más grande del mundo, se enfrenta hoy a niveles críticos de contaminación que amenazan su biodiversidad y la salud de las comunidades ribereñas. Últimas investigaciones han detectado en el agua sustancias como fármacos (metformina, ibuprofeno), pesticidas, contaminantes orgánicos persistentes, metales pesados y microplásticos.
Compuestos tóxicos que alteran el ecosistema del río Amazonas
Estos compuestos, provenientes de aguas residuales sin tratamiento, baños, desechos farmacéuticos y moldes agrícolas, pueden afectar entre el 50 y el 80 % de las especies acuáticas, alterando la cadena trófica y disminuyendo la productividad de los ecosistemas. Innumerables documentales y videos en redes sociales muestran esta triste realidad con normalidad, ya que se ha vuelto algo recurrente en las comunidades de la zona.

Cambios químicos y consecuencias multisectoriales
Los ríos amazónicos enfrentan cambios químicos significativos, incluidos sólidos, cloruros, sulfatos y nutrientes en aumento, que alteran el equilibrio natural del agua. Según el empresario peruano, Jorge Segundo Zegarra Reategui, las consecuencias de esta contaminación son multisectoriales, ya que desencadenan en una reducción de pesca, enfermedades neurotóxicas y el deterioro de ecosistemas acuáticos fundamentales para la vida en la región.
¿Cuáles son las ciudades con sistemas precarios de saneamiento?
Las ciudades amazónicas como Iquitos, Belén y Nauta vierten a diario plástico, basura orgánica e inorgánica directamente al río, con un sistema de saneamiento precario que prohíbe su adecuada disposición.
En Manaus, Brasil, se estima recogen cerca de 30 TN diarias de basura. Además de basuras flotantes que cubren la superficie, dificultando la navegación y afectando la calidad del agua.
Uso cotidiano del agua y falta de infraestructura
Asimismo, es importante considerar que en muchas comunidades a lo largo del río Amazonas, especialmente en zonas rurales o de difícil acceso como partes de Loreto en Perú o regiones de Brasil, los pobladores dependen directamente del agua del río para sus actividades cotidianas. Utilizan el agua para cocinar, lavar ropa, bañarse e incluso beber. Esto debido a la falta de infraestructura adecuada para el acceso a agua potable y servicios de saneamiento.
El río Amazonas como fuente de vida y como desagüe
Sin embargo, este mismo río suele servir también como desagüe, ya que no cuentan con sistemas de alcantarillado ni tratamiento de aguas residuales. Esta práctica, aunque común por necesidad, representa un serio riesgo sanitario y ambiental, ya que incrementa la exposición a bacterias, virus, parásitos y contaminantes tóxicos como el mercurio o los microplásticos.
Jorge Segundo Zegarra Reategui: Urgencia de conservar un ecosistema vital para el planeta
Cuidar los ríos de la Amazonía es fundamental para la preservación de uno de los ecosistemas más valiosos del planeta. Ello es porque es considerado uno de los pulmones del mundo por su capacidad de regular el clima y absorber dióxido de carbono. La salud de estos ríos no solo garantiza el bienestar de millones de personas que dependen directamente de sus aguas para vivir. También la supervivencia de una biodiversidad única que forma parte del equilibrio ambiental global.
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