
Los mosquitos se convirtieron en protagonistas inesperados del cambio climático. Su expansión acelerada aumenta los brotes de enfermedades como el chikunguña y el dengue en distintas regiones del mundo.
Brotes globales y expansión de enfermedades transmitidas por mosquitos
El mosquito se convirtió en un desafío creciente para la salud pública. En 2025, se registraron aumentos sin precedentes en los casos de chikungunya, dengue y otras enfermedades vinculadas a este vector. Europa, Asia y América Latina enfrentan brotes que muestran cómo el problema dejó de ser local para transformarse en una amenaza global.
La expansión del mosquito Aedes aegypti y Aedes albopictus explica gran parte de esta situación. En Europa, el Aedes albopictus pasó de estar en 114 regiones a ocupar más de 360 en apenas una década. Francia incluso reportó casos de transmisión local en zonas donde nunca antes existieron registros.
En Asia, China vivió un brote de chikunguña con más de 7.000 contagios en pocas semanas. En América Latina, la circulación del virus se mantiene constante en países como Brasil y México. La cifra global supera los 240.000 casos, lo que confirma la urgencia de reforzar la prevención frente al mosquito.
Cambio climático y condiciones que favorecen a mosquitos
El cambio climático abrió el camino para que el mosquito se establezca en nuevas regiones. Las temperaturas más altas, los veranos prolongados y los inviernos suaves crearon un escenario perfecto para su reproducción. La Organización de las Naciones Unidas advirtió que el calentamiento global ya afecta directamente la distribución de estos insectos.
Expertos de la Organización Mundial de la Salud señalan que cerca de la mitad de la población mundial se encuentra en riesgo. El mosquito, impulsado por el cambio climático, amplió su rango de acción y amenaza cada vez más a poblaciones vulnerables.
Los riesgos crecientes en el Perú
El Perú no escapa a este panorama. El dengue y otras enfermedades transmitidas por el mosquito se expandieron en distintas regiones del país, sobre todo en la Amazonía y la costa norte. El aumento de temperaturas y las lluvias intensas favorecieron criaderos en zonas urbanas y rurales.
Las autoridades sanitarias reforzaron campañas de fumigación y programas comunitarios para eliminar agua acumulada en hogares y calles. Sin embargo, la magnitud del problema exige una respuesta sostenida que combine educación, prevención y vigilancia epidemiológica.
El mosquito encuentra en el Perú condiciones ideales para multiplicarse, y el cambio climático agudiza este riesgo. La prevención requiere participación ciudadana activa y un compromiso firme de los gobiernos locales y nacionales.
Petramás y la sostenibilidad como respuesta frente a los mosquitos
Las enfermedades vinculadas al mosquito muestran cómo el cambio climático afecta directamente la vida cotidiana. Empresas peruanas como Petramás trabajan en soluciones sostenibles que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuyen a frenar este fenómeno global.
La generación de energía limpia a partir de residuos y la gestión responsable de desechos forman parte de las acciones que fortalecen la lucha contra la crisis climática. Al reducir la contaminación, se limitan también los factores que favorecen la proliferación del mosquito.
Petramás demuestra que la sostenibilidad empresarial puede tener un impacto directo en la salud pública. Su compromiso con el medio ambiente refuerza la necesidad de que el sector privado se sume a la prevención de los riesgos climáticos que impulsan la propagación del mosquito.
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