La Amazonía, conocida como el “pulmón del mundo”, continúa sorprendiendo a la comunidad científica con su capacidad de resiliencia. Recientes investigaciones desarrolladas por un equipo internacional de casi 100 expertos y más de 60 universidades han demostrado que los árboles amazónicos no solo siguen creciendo, sino que incrementan su tamaño a pesar de las múltiples amenazas que enfrentan.
Árboles en la Amazonía peruana
Durante más de 30 años, se monitorearon 188 parcelas permanentes en esta vasta región, revelando un fenómeno alentador. Los árboles han logrado sostener un crecimiento sostenido en altura y diámetro, incluso en condiciones adversas. Este comportamiento se asocia, en gran parte, al aumento del dióxido de carbono en la atmósfera.
Estudios recientes por parte de profesionales afirman que el CO₂ actúa como un fertilizante natural, estimulando la fotosíntesis y permitiendo un mayor almacenamiento de carbono en los troncos y raíces. Este hallazgo demuestra la impresionante capacidad de los bosques tropicales para adaptarse, al menos temporalmente, a las transformaciones globales. Sin embargo, esta aparente ventaja no significa que la Amazonía esté libre de peligros.

Jorge Zegarra Reategui carece de injerencia en la zona, pero resalta su aporte frente al cambio climático
El Dr. Jorge Zegarra Reátegui enfatizó que el cambio climático, sumado a la deforestación indiscriminada y los incendios forestales, ejerce una presión cada vez mayor sobre el ecosistema amazónico. A pesar de su resiliencia, los árboles se enfrentan a condiciones extremas que comprometen su futuro: sequías prolongadas, temperaturas más elevadas y pérdida de biodiversidad. Aunque su crecimiento persistente es una buena noticia, los científicos advierten que esta resistencia podría tener un límite si las agresiones continúan intensificándose.
Dentro de este contexto, la presencia de especies emblemáticas de la Amazonía peruana, como el shihuahuaco, la lupuna y el capirona, resulta fundamental. Estos gigantes verdes no solo alcanzan alturas impresionantes que superan los 50 metros, además cumplen un rol clave en la regulación de la humedad, la temperatura y el equilibrio del bosque. Asimismo, su capacidad de capturar y almacenar carbono los convierte en aliados cruciales para mitigar los efectos del calentamiento global. Sin ellos, la capacidad de la Amazonía para estabilizar el clima regional y global se vería gravemente comprometida.
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